jueves, 22 de octubre de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 484.

               Érase una vez un hombre santo que vivía en perpetuo éxtasis, pero al que todo el mundo tenía por loco. Un día, después de haber mendigado un poco de comida en la aldea, se sentó al borde del camino y comenzó a comer. En éstas se le acercó un perro y se quedó mirándolo con avidez. El santo se puso entonces a dar de comer al perro; tomaba él un bocado y le daba otro bocado al perro, como si fueran dos viejos amigos. Al poco tiempo se había reunido en torno a ellos un auténtico gentío para observar tan insólita escena.

           Uno de los espectadores comenzó a mofarse del santo y a decir a los demás: "¿Qué puede esperarse de alguien tan loco que no es capaz de distinguir entre un ser humano y un perro?"

           Y el santo le replicó: "¿De qué te ríes? ¿No ves a Vishnú sentado con Vishnú? Vishnú es el que da de comer, y Vishnú es que recibe la comida. De modo que ?de qué te ríes, oh Vishnú?"

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