jueves, 1 de octubre de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 464.

          Érase una vez un hombre que estaba construyéndose una casa. Y quería que fuera la casa más hermosa, más acogedora y más confortable del mundo.

          Entonces llegó alguien a pedirle ayuda, porque el mundo estaba ardiendo. Pero lo que a él le interesaba era su casa, no el mundo.

         Cuando, al fin, tuvo construida su casa, descubrió que no disponía de un planeta donde colocarla.
 

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