jueves, 17 de septiembre de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 440.

                Al ver a un banquero salir de su despacho, un mendigo le dijo: "¿Podría usted darme diez centavos, señor, para una taza de café?"

                 El banquero sintió lástima de aquel hombre, que tenía un aspecto verdaderamente deplorable, y le dijo: "Aquí tiene un dólar para que se tome no una, sino diez tazas de café.?"

                 Al día siguiente, el mendigo se encontraba de nuevo en las escaleras del despacho del banquero y, cuando éste salió, el mendigo se puso a darle golpes.

                "¡Pero bueno...!", dijo el banquero, "¿qué está usted haciendo?"

                 "¡Usted y sus malditas diez tazas de café! ¡No he podido dormir en toda la noche!"

                 Confieso haberte ayudado.
                 ¿Podrías perdonarme y dejarme ir?


                 

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