lunes, 10 de agosto de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 406.

             El diálogo es el alma de toda relación. Desgraciadamente, los obstáculos al diálogo son muchos, pero son pocos los que los superan.

            Habríamos dado un gran paso si, ante todo, habláramos menos y escucháramos más...

           El Presidente Theodore Roosevelt sentía verdadera pasión por la caza mayor y, cuando supo que un famoso cazador inglés estaba en los Estados Unidos, le invitó a la Casa Blanca con la esperanza de que le revelara algunos de sus secretos cinegéticos.

           Tras permanecer reunidos ellos dos solos durante dos horas, sin que nadie les molestara, el inglés salió un tanto aturdido.

            "¿Qué le ha dicho usted al Presidente?", le preguntó un periodista.

            "Le he dicho mi nombre", respondió el visitante, completamente exhausto.

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