lunes, 27 de julio de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 398.

              ... y que orgullosos se sienten,
              de sus propios logros.

              En un lugar del trópico, un misionero decidió impresionar a sus feligreses llevando consigo a algunos de ellos a dar una vuelta en un avión. El aparato voló por encima de las aldeas, las colinas, los bosques y los ríos de la región. De vez en cuando, los pasajeros miraban por la ventanilla, pero en general no parecían estar demasiado impresionados.

            De regreso a tierra, descendieron todos del avión sin hacer el más mínimo comentario. El misionero, ansioso de obtener alguna reacción, exclamó: "¿No ha sido maravilloso? ¡Es fantástico lo que los seres humanos pueden conseguir! ¡Hemos estado allá arriba, en el cielo, por encima de las casas, de los árboles y de las montañas, contemplando la tierra!"

          El grupo escuchaba impasible. Al fin, el cabecilla del mismo dijo: "También los insectos lo hacen."

          "Y, lo que es aún más, ¡son felices!"

           Después de varios miles de años,
           hemos avanzado tanto que por las noches
           cerramos a cal y canto puertas y ventanas,
           mientras los "nativos", menos avanzados,
           duermen en sus chozas totalmente abiertas.
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