miércoles, 8 de julio de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 365.

            Una anciana en la China estuvo manteniendo a un monje durante más de veinte años. Le construyó una pequeña cabaña y le dio de comer, mientras él empleaba todo su tiempo en meditar.

          Al cabo de dicho tiempo, ella se preguntó qué progresos habría hecho aquel hombre. De modo que decidió someterle a prueba, para lo cual solicitó la ayuda de una muchacha que tenía fama de ser muy apasionada. "Ve a la cabaña", le dijo, "y abrázalo. Y luego dile: "¿Qué quieres que hagamos ahora?"

          La muchacha fue a ver al monje aquella noche y lo encontró meditando. Y, sin más preámbulos, comenzó a acariciarlo y le dijo: "¿Qué quieres que hagamos ahora?" El monje montó en cólera ante tal impertinencia, empuñó una escoba y obligó a la muchacha a salir de la cabaña.

         Cuando la muchacha le contó a la anciana lo que había ocurrido, ésta se indignó: "¡Pensar que le he dado de comer durante veinte años", exclamó, "y no ha sido capaz de mostrar la menor comprensión hacia tu necesidad ni intención alguna de llevarte al buen camino! ¡No necesitaba sucumbir a la pasión; pero, después de tantos años de oración, podía al menos haber ganado en compasión!"

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