domingo, 2 de noviembre de 2014

LA ORACIÓN DE LA RANA 180.

              Una niña estaba muriendo de una enfermedad de la que su hermano, de dieciocho años, había logrado recuperarse tiempo atrás.

              El médico dijo al muchacho: "Sólo una transfusión de tu sangre puede salvar la vida de tu hermana. ¿Estás dispuesto a dársela?

              Los ojos del muchacho reflejaron verdadero pavor. Dudó por unos instantes, y finalmente dijo: "De acuerdo, doctor; lo haré".

              Una hora después de realizada la transfusión, el muchacho preguntó indeciso: Dígame, doctor, ¿cuándo voy a morir?" Sólo entonces comprendió el doctor el momentáneo pavor que había detectado en los ojos del muchacho: creía que, al dar su sangre, iba también a dar la vida por su hermana.
   

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